Dejar de fumar con ayuda de tu dentista

Dejar de fumar con ayuda de tu dentista

Dejar de fumar porque es bueno para la salud, es un hecho que todo el mundo sabe. ¿Pero realmente se es consciente de las consecuencias que tiene fumar?

Tu boca es uno de los lugares donde más claramente se manifiestan los efectos del tabaco porque, además del desarrollo de enfermedades cardiovasculares, el consumo de tabaco está estrechamente relacionado con el riesgo a sufrir patologías orales como gingivitis o periodontitis, que a su vez, elevan entre un 25% y un 50% las posibilidades de padecer un trastorno cardiovascular.

Los beneficios de dejar de fumar son múltiples y suponen una mejora en  la calidad de vida de las personas, así como una serie de  beneficios para tu salud bucal y sus tratamientos:

  • Disminuye el riesgo de perder dientes. Los fumadores tienen un riesgo de pérdida de dientes dos veces mayor que el de aquellos que nunca han fumado.
  • El tabaco provoca que el tratamiento periodontal sea peor.
  • La tasa de fracaso de los implantes dentales en los fumadores es dos veces superior que en los no fumadores.
  • Reduce el riesgo de padecer cáncer oral.
  • Mejora el sentido del gusto y del olfato.
  • Disminuye la halitosis.
  • Se consigue que la encía vuelva a su apariencia y anatomía normal después de un año de dejar de fumar.

 

PROTOCOLO PARA DEJAR DE FUMAR

Los dentistas podemos ayudarte a conseguir este objetivo tan beneficioso para tu salud. Por eso, desde el grupo de trabajo conjunto de expertos del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) y la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA) han desarrollado un protocolo para facilitar la “cesación tabáquica desde la consulta dental”.

Este protocolo se basa en siete pasos, que se seguirán desde las consultas dentales y que no durará más de diez minutos cada una de ellas. En estas sesiones, es importante marcar unos objetivos que ayuden a conseguir una motivación para la consecución de tu meta final: dejar de fumar.

Los pasos a seguir son:

  • En la primera visita, se hace una entrevista con el objetivo de determinar cómo eres como fumador y que uso del tabaco haces; o incluso evaluar si realmente hay interés en dejar de fumar o no.

 

  • En la segunda visita, se identificará el estadio de motivación para el cambio, se valorará el grado de dependencia y se marcará la fecha del cese. Todo ello, con una serie de recomendaciones sencillas y personalizadas, informando de los efectos transitorios tras el cese del hábito.

 

  • En las visitas 3, 4, 5 y 6 (1, 2, 3 y 6 meses desde el cese) son consultas para reforzar la motivación y para hacer una valoración de los beneficios obtenidos desde el cese tabáquico. A los tres meses de haber dejado de fumar es cuando hay más riesgo de recaer.

 

  • Y por último, en la visita 7, casi un año después de haber dejado de fumar, se da por concluido el proceso. En esta última visita, se refuerza la motivación para seguir sin fumar o para volver a intentarlo si se ha recaído.